miércoles, 8 de octubre de 2008

MARTHA MI ESCLAVA


Más que una confesión, es una declaración de cómo pude dominar a una magnífica, exuberante y malcriada chiquilla. Sé que quizá suene a fantasía, pero lo cierto es que me jacto de haber vivido (Julio del 2002), esa singular experiencia.

Todo comenzó una tarde de domingo, me encontraba en el estacionamiento de una plaza comercial. Había ido al centro de revelado de fotos y para matar la hora de espera, en que estarían las fotos, me fui al estacionamiento en donde había dejado el carro, a matar el tiempo.

Pensaba en la inmortalidad del cangrejo cuando vi pasar a una chava con un apretado pantalón entallado oscilando sus redondas nalgas; la vi pasar frente a mí acompañada de un niño, que supuse era su hermanito. Pasó frente a mi auto y la vi alejarse bamboleando su rico par de melones que tiene por tetas, que danzaban al ella caminar.

«¡Qué buenota estás hija de la verga!»-, me dije al verla.

Caminó entro los carros y se detuvo en un teléfono público, hurgó entre sus bolsillos y extrajo una tarjeta telefónica. De inmediato me fui tras ella, me acerqué cautelosamente, como fingiendo esperar mi turno para hablar. Ella hablaba con alguien, y mientras, el chiquillo se había ido a mirar a la sala de juegos infantiles que se encuentra anexa al conjunto comercial. Mientras esta chica hablaba, se empinó de tal forma que apoyó los brazos en la caseta telefónica y su redondo trasero quedó apuntando a mi hinchada verga.

«Las mamadotas que te daría ese rico culo hija de la chingada si te tuviera en mi cama. Te mamaría la cuca hasta hacerte derramar en mi boca. Te empinaría para abrirte tus putas nalgotas y te clavaría los dedos en ese rico culote que tienes de golfa. Lentamente te jalaría los vellos del pubis hasta hacerte retorcer de placer. Estás hecha una verdadera puta hija de la chingada»-

Como adivinando mis pensamientos, la chica volteó y me miró de reojo. Con un gesto de fastidio, recompuso su postura y se irguió para no causar más calentura a mi paradísima tranca. Pero a los pocos minutos, volvió a quedarse igual, empinadita y sin recato, creo que enfrascada en su conversación.

«¡Pero que culo te cargas perra! Me dan ganas de nalguearte una y otra vez, puta. Que clase de nalgas te cargas hija de la verga. ¡Y que clase de pechuga tienes cabrona!… Mira nada más lo que te espera hija de tu reputa madre»-, y me sobé la verga por encima del pantalón. Ella ni cuenta se daba.

Poco a poco fui acercando el bulto de mi tranca a su trasero, obvio, en un momento ella se echó para atrás, prendida a los ademanes que hacía al hablar, como queriendo ilustrar algo de lo que decía a través del teléfono. Al sentir el piquete de verga que le di en las nalgas, de inmediato recompuso su figura y me volteó a ver con una mirada que quería pulverizarme.

Oiga, allá hay otro teléfono-, me dijo tapando la bocina para no ser escuchada.

Sí, pero no sirve-, le dije.

Ay, pues busque otro ¿no?-

Tárdese lo que guste que yo espero-, agregué.

Idiota… -, la oí murmurar en voz baja mientras le decía a la persona que le hablaba por teléfono: -"Luego te llamo"-

Colgó y caminó a buscar al niño, no dejé de admirar esas ricas nalgotas que me imaginé estar saboreando con ricas mordiditas. Ella volteó a verme y pude leer en sus labios "Baboso", pero no dejó de bambolear las nalgas a cada paso que daba. Como mi intención no era hacer ninguna llamada, hice que hablaba e inmediatamente colgué. Volví a mi carro y me recosté, aún faltaba tiempo para recibir mis fotos. Así que me imaginé teniéndola en mi cama, la forma cómo me la cogería hasta por las orejas. Me sobé la verga por encima del pantalón y la tenía paradísima y con ganas de clavarse en un caliente agujero, sobre todo, entre las nalgas de la putona que había visto en el teléfono.

Me enderecé en el asiento y volví a mirar al teléfono, seguía sólo. Me recosté otra vez y me imaginé empujándola al interior de mi casa. Me imaginé que la sometía ya en el interior e inmediatamente la tomé del pelo y me encaré con ella. Según yo, le decía:

Hoy vas a saber quién es tu padrote hija de la verga-

Por favor, no me hagas nada-

De rodillas perra-

Me la imaginé levantando el rostro y atrayéndola del cabello para restregarle todo el bulto de la verga en la cara, mientras ella me agarraba de las piernas.

«-Uf, me la pusiste bien parada cabrona-»

Volví la vista al teléfono y di un brinco al volver a verla otra vez, de inmediato me desplacé hasta ahí, y volví a pararme atrás de ella, como si esperara mi turno para llamar. Enfrascada en su conversación y haciendo mil ademanes mientras hablaba, ni siquiera se percató de mí. Me recreaba la vista en ese redondo culo y me lo imaginaba bien pegado a la verga cuando yo la tuviera enculada. No sé si alguien más le ha pasado, pero no me pude resistir a tocar suavemente la superficie de esas redondas nalgas, lo hice mirando para todos lados y al ver que ese era el momento propicio, extendí la mano y sin pensarlo dos veces abarqué toda esa redonda nalga y la apreté; ella se encontraba ensimismada en su plática, pero al sentir el apretón que le di en la nalga, brincó como impulsada por un resorte.

¡Oiga! ¿Qué le pasa?-

Perdóneme, me imaginé que era otra persona… -

Idiota-

De inmediato colgó el auricular, se dio la vuelta y casi me fulmina con la mirada, ahora me parecía más redondo ese rico trasero que me había hechizado, salió disparada hacía el chiquillo que atónito no comprendió del por qué del jalón que le propinaba la guapa hembra; casi lo arrastró llevándoselo a toda prisa. Ya no tenía caso fingir, ¿para qué? Si no tenía necesidad de llamar. Pero me dije «Algún día caerás, puta»

Volví al siguiente sábado al mismo lugar, pero no la vi. También lo hice, el domingo, y aunque estuve desde las diez de la mañana hasta después de las tres de la tarde, no la vi. Caminé por los pasillos, entré al centro comercial, comí en uno de los restaurantes de ahí, pero no tuve suerte. Después de dos fines de semana seguidos que anduve por ahí, la vi dar la vuelta y de inmediato me fui tras ella. Estaba parada junto a otras personas preguntando por el precio de una chuchería. Supuse que era su mami, la señora que la acompañaba por ser igual de buenota que ella.

Me paré por ahí y distraídamente veía los acontecimientos. Tal vez la mirada fija con que la veía, hizo que volteara a verme, sin prestar demasiada importancia al hecho que la estuviera viendo, volvió a lo suyo; pero como si recordara lo que había pasado, volvió a mirarme con más detenimiento y sus ojos la delataron al imprimir un duro gesto a su mirada que de inmediato pensé que me reconoció.

Salió de ahí llevándose lo que había comprado en una bolsa y se marchó, no quise seguirla por no incomodar más la situación. Pero me quedó muy en claro que sin duda vivía cerca de ahí.

Pasaron más de dos fines de semanas sin que volviera, no fue hasta que tuve la necesidad de comprar algo en ese centro comercial que volví a ir. Cuando llegué al parking y me estacioné, estaba granizando; muy intensa la lluvia que no se antojaba mojarse; cuando escampó un poco, salí corriendo y entré a comprar lo que necesitaba. Mientras mataba el tiempo, esperando que volviera a escampar y poder volver al coche, recorrí los pasillos viendo los aparadores.

De pronto la vi, estaba recargada junto a una vitrina de cristal y traía el pelo mojado, creo que mataba el tiempo y esperaba a que terminara de llover. Me acerqué contemplando su rico trasero y sus tetonas que me tenían hipnotizado.

Hola...

Silencio.

Hola, ¿me disculpas por lo del otro día?-

Hizo como una mueca de fastidio, pero siguió ahí...

Sé que no estuvo bien, pero me recordaste a una persona que conocí hace tiempo y quizá fue un impulso involuntario que me obligó hacer lo que hice; de ninguna manera quiero molestarte, más bien invitarte un café mientras para de llover...

No hay necesidad del café, con que no me lo vuelvas hacer basta...

Pero aún así, me gustaría mucho invitarte...

¿Y en dónde?...

Aquí mismo, ven...

Caminamos y en poco tiempo estábamos sentados ante dos tazas humeantes de café. No dejaba de verla, pero ella miraba al exterior, como si en cada gota quisiera disolver ese forzoso momento que vivía. Al principio no hablaba, y me concreté a disfrutar de su presencia mientras ella estaba ausente. Poco a poco sus palabras fueron fluyendo, empezamos por hablar de su escuela, de sus amigos y de su familia; en algún momento la tomé de las manos y se las apreté para que sintiera mi calor porque las tenía frías. Incluso le di mi número de teléfono y ella me dio el de su celular. Habíamos roto el hielo de la indiferencia…

Sabes... -, me dijo. –Creo que mi mamá tiene razón, me dijo que en parte yo tenía la culpa de que me hayas picado el trasero con tu bulto, porque dice que visto muy descarada, que parezco una puta por mi manera tan cachonda de vestir... Yo no lo creo, se trata más bien de hombres libidinosos que no pierden la oportunidad de hacer de las suyas en cuanto pueden... –

Tenía una forma sexy de decir las cosas y no dejaba de ver su coqueta sonrisa y las ganas que tenía de morderle los cachetes…

Tienes razón, pero creo que tu mami conoce más a la gente y creo que también tiene la razón...

Ah..., me estás llamando puta...

No, más bien estoy de acuerdo que vistes muy sexy y que por ello habemos gente que no nos podemos resistir...

Pero, ¿qué tengo de sexy?-

Todo, la manera como te inclinas, cómo paras las nalgas...

Eso le molestó, porque inmediatamente se puso de pie y gritó:

Eres un degenerado, y por favor no me molestes más...

La gente volteó a vernos y ella se alejó de inmediato, no lo esperé dos veces y la seguí.

Discúlpame, no pensé en ofenderte, ¿ok?-

Por favor, déjame en paz...

No creí que te molestaras con lo que dije...

Pero, ¿es que no me explico o no me entiendes?-

Está bien, déjame llevarte a tu casa...

No quiero que ni te me acerques, ¿ok?-

Permíteme darte un raid...

Déjame en paz… -

Lo dijo de una forma tan autoritaria que me encendí, de inmediato la catalogué como una niña malcriada y fresa, aún la seguí por los pasillos hasta la salida que da a la calle, ahí se detuvo por causa de la lluvia y me siguió ignorando. Me salió lo macho y me acerqué a ella con el fin de domarla de la forma más humillante. La tomé del pelo y atraje con fuerza su cara hacía mí:

Ahora vas a saber quien manda hija de la chingada-

De inmediato su actitud cambió a una forma dócil y ahí la tuve humillada. Pero no cedí.

Suéltame por favor… -

Quieta cabrona, a cualquier movimiento que hagas te parto tu madre…

De inmediato me vino a la mente llevármela al carro, así que la jalé del pelo y me enfrenté a ella. La así con fuerza y con decisión le estampé un par de bofetadas tan sonoras que me dolió la mano, la muy puta ni siquiera lloriqueó como yo me esperaba, sino que irguió el busto y me retó con la mirada. Pa’ mis pulgas… De inmediato le dije:

Escúchame bien hija de tu puta madre, hoy vas a saber quien será tu padrote perra-

No me hagas daño por favor-

¡Ah!, ¿todavía te atreves a pedir clemencia puta?

No me llames puta…

No me aguanté más y le di otro par de bofetadas, ella inclinó el rostro y todo el cabello le cubrió la cara; poco a poco la fue levantando y cuando la tuve mirándome me acerqué y le mordí el cachete adolorido.

¿Qué eres entonces hija de la chingada?-

Se mantuvo en silencio y apretaba la mandíbula como queriendo contener su ira.

¿Te pregunté hija de la verga que eres?-, y le di otro cachetada, tan fuerte como la de antes.

No soy puta-, me dijo.

Está bien golfa, te lo volveré a preguntar y tienes que aceptar que no eres más que una vulgar puta, una perra en brama esperando que se la monten, ¿o no hija de tu reputa madre?-

Era increíble la forma tan sumisa de comportarse, pude haber escapado y no lo hizo, o quizá gritar, pero me di cuenta que esa perra le gustaba lo que le hacía. Esperé unos segundos y se mantenía cabizbaja. No esperé más y la volví a tomar del pelo con fuerza, la volví a sacudir con dos buenas cachetadas, pero la putona hembra no chillaba.

Esta bien, soy bien puta y me encanta la verga… -

Así está mejor cabrona-

La fui conduciendo y quizá tuve suerte, porque por la lluvia, aquello parecía un lugar olvidado, excepto por los empleados de algunas tiendas que estaban encogidos por el mal estado del tiempo. Salimos al parqueo y de inmediato la acomodé a mi lado. Otra vez la volví a encarar, la atraje hacía mí y le mordí la barbilla.

Quiero que te quedes calladita o de lo contrario te parto tu madre. ¿Está claro?-

Ella no contestó:

Te estoy hablando hija de tu puta madre-

Si-, dijo entre dientes.

Salimos del parking y empecé a dar vueltas, no encontraba algún lugar apropiado, pues todos me parecían demasiado vigilados. Ella se mantenía aún desafiante, como una yegua cerrera, pero dentro de mí, esperaba ese momento de poderla domar. De verdad que me la imaginaba como una auténtica yegua, por lo parado de sus pompas que se me hacían las mejores ancas que me iba a coger.

Deambulábamos en el auto de aquí para allá hasta que descubrí un callejón. No era el lugar perfecto, pero si el mejor en ese momento. Me estacioné, pero no apagué el limpiaparabrisas, ya que deseaba poder ver quien se acercaba, si es que esto sucedía, bajé un poco el vidrio de las ventanillas y acomodé los asientos para permitir las maniobras. Me le quedé viendo y ella seguía en su indiferencia y su mutismo, así que la observé, la jalé del cabello hasta hacerla que quedara acostada en mis piernas.

Ve acá puta-

La acomodé bocabajo y sin soltarla del pelo le restregué toda la cara en el bulto de mi verga y le hundí el rostro en mi entrepierna. Ella respiraba agitadamente, pero no sollozaba, y a mí, más morbo me daba. Recorrí con mis manos el redondo trasero y justo en la entrepierna, la humedad era patente, no supe si era por causa de la lluvia o por sus jugos vaginales. Me entretenía apretando sus nalgotas y de pronto sentí una mordidita en la verga por encima del pantalón; así que con mayor ahínco seguí apretando su rico trasero.

Las mordidas fueron más continuas e intensas, y yo de plano la nalgueaba a todo placer. Ella se agitaba bocabajo, sin dejar de empinar las nalgas y sentir como la estaba manoseando.

Ya sabes lo que quiero puta-

No sé, dime… -

¿Cómo que no sabes hija de la chingada?-

Es que nunca he mamado una verga…

Bien que sabes hija de tu puta madre-

No sé, te lo aseguro…

Pues hoy vas aprender perra-, y le di otra fuerte nalgada.

Se incorporó poco a poco y empezó a bajarme el zíper, metió la mano en mi bragueta y me sacó la verga. La tenía súper dura y muy cabezona, ella la siguió apretando con la mano derecha y la vi empinarse más y con la izquierda se desabrochó su propio pantalón. Se bajó la cremallera y volvió acomodarse. Entonces sí, manitas pa’ que las quiero.

Fui bajando lentamente su pantalón y poco a poco fue apareciendo su pantaleta color blanca, engolosinado metí la mano por debajo de la misma y pude saborear a todo sabor las amplias ancas de la puta que me estaba mamando la verga. Tímidamente se la acercó a los labios y cuando sentí un lengüetazo en la punta de mi pito, sentí un toque eléctrico que hizo detenerme justo antes de apretarle una nalga.

Le bajé el pantalón hasta las rodillas y me di vuelo que ese rico culote. Le hundí la pantaleta en medio de sus pompas y la jalé para incrustársela entre los labios de la cuca y las nalgas. Ella dejó de mamar por un instante, al tiempo que gemía, un rico olor a néctar invadió el carro y metí los dedos hasta su encharcada papaya, ¡la muy puta se había corrido!, otra serie más de nalgadas y la volví a jalar del pelo.

Ya me cansé de tus mamadas, así que quítate todo porque te la voy a meter-

Nunca lo he hecho, pero si tú quieres…

No quise romperle el himen, así que le dije:

Serás quinto, pero hoy tu culo come verga-

No, por ahí no, me va a doler-

La jale del pelo y la hice arrodillar en el piso del carro, ella se acomodó entre mis piernas y me agarré la reata para darle una serie de cachetadas con la verga, ella sacaba la lengua, pero la muy hija de su reputa madre, intentaba atraparlos con sus labios. La dejé que mamara verga otro rato y le subí la playera, dejé escapar ese par de chichotas que la muy zorra ostenta con orgullo, la atraje de los pezones hacía mí y la besé; ambos sacábamos la lengua y buscábamos ese delicioso beso de lujuria:

¿Qué tan caliente estas hija de tu reputa madre?-

Mucho… Como nunca antes… -

¿Y cuántas veces te has corrida, puta?-

Dos veces…

¿Y si te hago esto cabrona?-

Le apreté los pezones con el índice y el pulgar, se los retorcí ambos a la vez y la jale tan fuerte como pude, ella gimió y se contorsionó hasta lograr otro orgasmo. La hija de la verga estaba más caliente que un fogón…

Jódemelos otra vez-

¿Otra vez puta?-

Por favor, otra vez…

El gemido que salió de su garganta se pude haber escuchado, pero gracias al chipiteo de la lluvia, nadie se percató. La dejé por un momento y ella volvió a mamar verga. Le acaricié la cara con la verga y volví a cachetearla con la misma.

Pélamela toda y vuélvela a mamar-

¿Así…

Qué bien sabes perra, seguro que lo aprendiste de la puta de tu madre…

Ya no aguantaba, así que me pasé al asiento del copiloto y para esto, ella ya sólo traía la pantaleta, la playera arremangada y con sus chichotas afuera. La acomodé bocabajo y mi intención era volver a nalguearla, pero al ver ese culo enrojecido, opté mejor por mordérselas. Ella a cada mordida que le daba, pegaba un gemidito de placer.

¿Te gusta golfa?-

Muérdemelas un poco más fuerte-

Así perra…

Un poquito más…

La hija de la chingada era más masoquista de lo que pensé, así que levanté la mano tan alto como pude y le estampé una sonora nalgada. Le apreté la nalga adolorida y la volvía a nalguear, sus jugos me manchaban la pierna derecha y con ellos aproveché para mojarme los dedos y hundírselos en el culo. Al sentir el contacto, ella se agitó y quiso escapar, la volví a nalguear al tiempo que la reprendía:

Si te mueves hija de la verga, te parto tu madre-

Es que me duele…

Es que me duele-, la imité con voz de burla. –Pues afloja el culo hija de puta que quiero dedearte-

Así fue como me di gusto, pero ya quería venirme. Y como ya la nublada tarde hacía el ambiente más oscuro. La senté de frente a mí y sobre mi verga (sin metérsela), ella se acomodó a lo largo de mi leño y se empezó a mover de atrás hacía adelante. La agarré de sus nalgotas y al tiempo que le mordía y mamaba sus pezones, le hundí todo el dedo anular en el culo.

Me dices cuando te vayas a venir perra-

Ya no aguanto…

Espérame un momento-

Le saqué medio dedo del culo y atrapé el pezón entre mis dientes…

¿Lista?-

Ajá-

Ahora si que chingaste a tu madre…

Y le hundí el dedo en el culo y mordí el pezón hasta sangrarlo, al sentir el dolor, la muy puta se dio una serie de restregones por toda mi verga entre sus nalgas y su puchita, pero sin metérsela. El gemido que pegó al explotar fue tan alto, pero ya no importaba porque estábamos en la parte final. Yo también me corrí y la abracé con ternura. Nos quedamos un rato hasta que el temblor fue desapareciendo de nuestros cuerpos.

Vístete porque te voy a llevar a tu casa-

Ella se acomodó la ropa y yo me subí el pantalón. La dejé donde me indicó y cuando llegué a la casa, después de veinte minutos, lo primero que hice fue tumbarme en la cama. Traía una súper erección, porque sólo había eyaculado una vez. Sonó el teléfono y era ella…

Me sangraste el pezón, perro-

Te lo merecías putita. ¿Sigues cachonda?-

Ay sí, pero te llamo para que me cojas-

¿Ahorita?-

Claro, pero por teléfono.

HUASCA DE OCAMPO

Huasca de Ocampo, lugar de alegría y regocijo con "calor provinciano"

Este relato comienza en una calurosa tarde de Mayo, en Huasca de Ocampo, estaba obsesionado con aquel hermoso trasero de esas niñas según sabia son hermanas y al parecer tambien de otra religión, sus nombres, Minerva y Sarbia Olivo, la primera de 18 años y la segunda de 14, Minerva habia recibido el segundo lugar en la reina de las fiestas patronales hacia unos tres años de cuerpo delgado y de silueta muy femenina; Sarbia tenia cuerpo de una de 18 años, con un trasero redondo y firme, caderas anchas y un rostro de angel de ojos claros y cabello castaño claro; era fin de semana y por lo tanto en el pueblo habia muchísima gente y mi observación no era percibida por ambas, estaba maquinando muchas cosas para ambas en mi mente, ellas estaban acompañadas de unos chicos que tenian facha de vagos, asi que decidi esperar a tener una oportunidad de acercarme a ellas, ellas reian y cotorreaban con los chicos, ellos en un momento las llegaron a tocar en sus senos, eso me exito mucho.

Pasadas un par de horas ellos se iban y ellas quedaban solas, no dude en aprovechar esa oportunidad, llegue preguntándoles por la hora, y de ahí aproveche para iniciar una platica con ellas, les dije que si les gustaba mi camioneta, a ellas les habia gustado mucho, se notaban emocionadas con la idea de dar un paseo conmigo, ellas subieron, Sarbia se sento en el asiento del copiloto, y Minerva se fue a la parte trasera, la camioneta era cerrada pero amplia, con asientos abatibles, cosa que pensaba aprovechar, dimos un par de vueltas por Huasca y los prismas basalticos de santa maria regla en san miguel, pasamos a comer al Parian en el bosque de las truchas, yo pedi de tomar una michelada y les ofreci que por que no tomábamos todos lo mismo, que si se ebrias yo las iria a dejar cerca de su casa, ellas dudaron un momento sobre todo Minerva, pero después que su hermana le insitio, ella acepto tomar una y pues no solo fue una si no 6, cada una, ellas se veian algo tomadas, no solo por sus movimientos si no por su rostro que parecia con sueño.

Ya eran las 3 de la tarde, y yo no quería que se hiciera mas tarde por que ellas comenzarían a insistir que querrían irse a sus casas, así que les dije que por que no seguíamos tomando en un lugar mas discreto antes que se hiciera mas tarde, buscamos un lugar solitario, yo habia comprado una botella de tequila, unos refrescos de toronja y unos new mix, yo todo el camino iba admirando sus piernas y cuando se podia ver su enorme trasero, ya en el lugar le dije a sarbia que por que no nos pasábamos todos para atrás y ahí nos pusimos a tomar y seguir platicando, ya atrás nos acabamos la botella de tequila, fue cuando en la platica empece a tocar el tema del sexo, ellas se ruborizaron, pero les dije que estábamos en confianza, que nadie lo iba a saber ellas tomaron de nuevo confianza, y les dije que eran guapas, les comente que tenian unos senos muy bien formados, le dije a Sarbia que si podia tocarlos, que tenia mucha curiosidad por sentir en mis manos ese par de pechos tan hermosos y me dijo que podia tocarlos si asi lo deseaba, pero aclare que seria mejor tenerlos a la vista para poder ver lo que realmente estaba yo tocando, ella se puso nerviosa y me dijo que no seria de esa forma, yo entonces decidi aplicar presion para que ella accediera no solo a tocar sus senos si no a hacer todo lo que yo le pidiera.

Y le dije que si no accedia yo le iba a contar a sus papas mi versión de la historia y que todo lo pondría en contra de ellas, su hermana puso cara de espanto y se le rozaron los ojos, al advertirles que si no hacian todo lo que yo les pedia le plante una bofetada a la mas pequeña para que supieran quien llevaba la autoridad, de la guantera saque una camara de video advirtiéndoles que si contaban algo, esta cinta la iba a conocer mucha gente, que posteriormente yo la iba a editar a mi conveniencia.

Las dos se convirtieron en un mar de lagrimas les explique brevemente lo que tenian que hacer y posteriormente encendi la camara de video pase al asiento de atrás yo me sente en medio de las dos y tal como les habia dicho me comenzaron a besar y a quitar la ropa, yo estando ya desnudo, Sarbia la note con miedo al ver mi pene aun flacido con mis enormes huevos colgando, por el contrario Minerva se notaba un tanto exitada aunque con un poco de miedo, las puse en cuatro (de a perrito), y comence a quitarles sus largas faldas y syus pantaletas que me dieron algo de curiosidad por que eran de esas algo conservadoras, descubriendo ese par de hermosos culos, redondos y bien paraditos, la camara estaba grabando en todo su esplendor ese par de ejemplares de hembras les indique que se abrieran las nalgas con sus manos para que la camara grabara ese par de agujeros tan codiciados.

Ahora ellas solo estaban con su blusa y sostén, les hice señas para que se sentaran abiertas de piernas y se quitaran las ultimas prendas hasta quedar completamente desnudas ante la camara y mis ojos, por el contrario no se santiguaron al tener la camara frente a ellas y estar grabándolas completamente desnudas; de nueva cuenta me puse en medio de las dos y les ordene hacerme sexo oral, mientras un me chupaba los testículos al principio con un poco de timidez pero al avance se iban haciendo de mas confianza, la otra el glande era un placer indescriptible, asi estuvieron por un rato hasta casi hacerme eyacular, les pare de una bofetada las dos estaban con lagrimas en los ojos, esto acabo por exitarme aun mas, decidi que sarbia me cabalgara como toda una amazona, de una nalgada la trepe sobre mi y de un solo golpe la penetre, ella solto un ligero gemido de dolor, y sus lagrimas delataban el miedo, minerva quedo atonita al ver lo que le estaba haciendo a su pequeña hermana.

Decidi el hacerla cabalgar hasta que tuviera un par de orgasmos, pero minutos después al sacar mi pene para recorrer toda su vagina, pude verlo bañado de sangre, y descubrí que habia desvirgado a esta niña, tras esto decidi eyacular en su vagina para con la cámara de video grabar ese delicioso "creampie" de mi leche caliente escurriendo por los labios de su vagina, salieron en oleadas hasta embarrar el asiento de piel de la camioneta, le ordene que lo limpiara con la lengua hasta dejar el asiento reluciente, cosa que le costo un par de golpes pero al final ella accedió al ver que no tenia otra alternativa, mi erección creció de nuevo al ver a esa niña limpiando la sangre y el semen del asiento, ahora era el turno de su hermana mayor, le ordene que se pusiera en cuatro, comencé a penetrarla por la vagina pero para mi sorpresa esta ya no era virgen aunque todavía apretaba muy bien la condenada, el que no fuera virgen me molesto de sobremanera, pude ver como gozaba mi penetración, entonces mi mente maquino algo que le iba a quitar lo exitada, de pronto en una penetrada, lo saque lo suficiente y se lo meti en el culo, hasta que mis pelotas tocaron su vulva, que estaba ya muy humeda y mis testículos escurriendo nuestros fluidos, pude ver en la pantalla de la camara, como mi pene en su totalidad estaba dentro de su ano, ella pego un grito como nunca en su vida, ya con el pene dentro de ella senti una terrible exitacion, me empece a mover como una maquina, queria reventarle el culo, ella no paraba de gritar y llorar, me decia que parara, que la iba a matar, que nunca le habian hecho algo asi, de vez en cuando sacaba en su totalidad mi pene y veia como cada vez mas se le irritaba el ano. Parecia una dona enrojecida por la friccion, cuando sentia el semen en la punta de la verga lo sacaba de su ano y me detenia hasta que estaba mas tranquilo para darle de nuevo, crei conveniente el grabar un creampie anal de minerva si con su hermana lo habia hecho por la vagina, elle se lo merecia por el culo.

Senti que siete chorros recorrieron en su totalidad mi pene hasta chocar con su paredes anales, espasmos recorrieron mi cuerpo, en la pantalla vi como se contraria mi pene cada vez que expulsaba el semen en esas oleadas de placer, el olor en el ambiente era a lo que se habia consumado con el sexo anal, me recoste sobre el asiento y le ordene a Sarvia que se montara de nuevo en mi pene, pero ahora no por la vagina si no por su ano, ella al ver como le habia quedado el ano a su hermana mayor, se asusto y empezo a llorar y me dijo que lo hiciera despacio que no queria que le doliera.

Lentamente fue entrando mi pene en su pequeño esfínter el placer con ella era aun mayor, cosa que al igual que su hermana me provoco darle con mucha fuerza y velocidad le dije a minerva que tomara la camara y que acercara esa penetración con el zoom, al parecer ya empezaba a gustarle a minerva el asunto por que se mostraba mas cooperativa con la situación, yo veia aun salir por su irritado ano un pequeño hilo de sangre y semen, que daba muestra de lo abundante de mi eyaculacion anterior, sarbia temblaba con las primeras estocadas de mi pene pero ya avanzado comenzó a entrar en mi juego al moverse con una velocidad impresionante podia ver como sus senos bamboleaban sobre mi cara, estaba bañada en sudor y su hermana no dejaba de grabar con la videocámara mi penetración vigorosa, parecia que la queria partir en dos le daba con mas fuerza y ella respondía con la misma velocidad como si se tratase de una competencia yo retrase al máximo mi venida, duramos como media hora en esa posición, yo la sentia cada vez mas excitada con ese juego, luego cambio a la posición en la que ella se ponia de rodillas y como haciendo sentadillas la seguia penetrando por su recien estrenado culito, cuando de pronto por la misma posición y la fuerza que estaba haciendo, salio un chorro de semen de su vagina de mi anteior venida. Se escurrio por mi bello pubico de pronto cambio la posición para penetrarse por la vagina.

Ella gemia desesperada podia sentir mis bolas tocando ese par de perfectas nalgas cada vez con mas velocidad, cuando de pronto senti de nuevo el semen que queria alcanzar la punta de mi pene, pero lo saque de su vagina y lo puse en la boca de Minerva, estaba calida, les dije que se recostaran sobre el piso de la camioneta, tome la camara y comenze a frotarme el pene , veia sus caras de lujuria mirándome fijamente a los ojos esperando que saliera el semen por mi pene, y comenzo a brotar a chorros bañando su cara y senos, ellas se lamieron la una a la otra hasta limpiar todo el semen de sus cuerpos, Sarbia comenzo a lamer mi ano, esta situación me éxito mucho en especial por la iniciativa de ella misma, se veia muy agitada por la exitacion.

Ya era tarde, este escenario me recordo lo que habia pasado alguna vez con Maribel en el relato anterior, al ver a las dos tumbadas, cansadas y llenas de lechita caliente, pronto vendrán mas relatos, 100% reales como todos los contados por mi...

LA BORRACHERA DE MI NOVIA

Saludos a todos, mi nombre es Alvaro Manuel y vivo en la ciudad de México, me describiré primero para que me conozcan más Tengo 27 años y soy el clásico niño del tec de Monterrey y hoy estoy trabajando en una importante empresa de exportaciones, mido 1.72

Y tengo complexión delgada, sin tener un cuerpazo, más bien soy una persona normal.

Entrando ya en tema, esto sucedió cuando ya casi me iba a graduar, existía una niña de mi generación, que siempre me quise coger, pero por una u otra razón nunca coincidíamos en ninguna reunión o fiesta, y en verdad abordarla era muy difícil ya que la mayoría de mis compañeros siempre estaban de perros sobre ella y por lo mismo no le gustaba conocer amucha gente ya que siempre los hombres buscaban algo más en ella, y como no si Mariana tenía uno de los cuerpos más perfectos que he visto, mide 1.65, un abdomen plano que te mueres, unas nalgas preciosas levantaditas y un par de tetas que hacen voltear a cualquiera, pero a pesar de eso lo que más me gusta a mí es su boca y sus ojos verdes.

Siempre me pareció inalcanzable por lo que el hecho de no conocerla no me quitaba el sueño, el simplemente verla pasar era para mí un deleite, y además yo tenía a mi novia que aunque no era ese avión de niña tenia lo suyo y me mantenía contento.

Todo empezó cuando llegó Rafael al equipo de fútbol de la Universidad, era una persona pedante y se creía muy galán, por lo que nadie le dirigía la palabra, tal vez por envidia o por que la verdad la mayoría de las niñas incluyendo a Rocío, mi novia, les llamaba mucho la atención; lo que después sucedió fue la gota que derramó el vaso, al comenzar el partido de fútbol, vi que en las gradas de la escuela estaba Mariana, por lo que ese día traté de dar lo mejor de mí en la cancha, y gracias a una jugada entre Rafael y yo ganamos el partido, y al festejar mi gol festejé con la tribuna dirigiéndome a Rocío pero en verdad quería lucirme con Mariana, y al finalizar el partido vi que Mariana se dirigió a la cancha y vi que se acercó a Rafael y le dio un abrazo y un beso impresionante. Maldito, a parte de caerme mal era el novio de Mariana, por lo que lo odie más pero cuando estaba con Rocío vi que los dos se acercaban a nosotros y Rafael me dijo:

Rafael - Buen partido Álvaro, estuvo muy bueno el pase que me diste, les ganamos a esos cabrones, por cierto te presento a Mariana mi novia.

Mariana – Hola Álvaro mucho gusto, la verdad es que estuvo padre ver como se combinan en la cancha tu y Rafa.

Por primera vez pude conocerla y supo quien era yo, la verdad es que me pareció una niña sencilla, y era normal que se pusiera sus moños cuando se acercaban los hombres solos ya que solo la querían para ligársela, pero al verme compañero de Rafael y teniendo novia, se abrió conmigo.

Yo – Gracias, les presento a Rocío mi novia

Rocío saludo a Mariana pero cuando le dio el beso de saludo a Rafael y se alejo pude notar que ella se apenó un poco, como si se pusiera nerviosa, cosa que no me gustó nada.

Rafael – a ver si en la noche hacemos algo, salimos a comer o algo así.

Yo – Claro, déjame ver que onda y les hablo por teléfono.

Fue entonces cuando intercambiamos teléfonos y en un solo momento ya conocía a Mariana y ya Tenía celular para hablarle cuando quisiera.

Tal vez esa actitud de Rafael fue tan abierta conmigo ya que ellos no tenían amigos puesto que él tenia la enemistad de los hombres por celos y obviamente las niñas odiaban a Mariana. Fue cuando a mí se me ocurrió que podría sacar ventaja de ese hecho, pero debía de ser muy inteligente para hacerme amigo de los dos sin que ellos notarán mis intenciones, y mucho menos mi novia.

Así fue cuando empezamos a salir en parejas y a mi novia no le molestaba nada la idea ya que Rafa era muy simpático y a ella le atraía un poco, aunque se que sería incapaz de ser infiel, además ya estaba harta de mis amigos los borrachos; poco a poco fuimos llevándonos mejor al grado de ponernos varias pedas juntos y siempre el ver a Mariana salir con sus minifaldas y sus escotes me ponían a mil, y siempre me desquitaba cogiéndome a Rocío pero pensando en Mariana, hasta que decidí que me la tendría que coger de una u otra manera.

Después decidí invitarlos a mi casa de Cuernavaca para pasar juntos el fin de semana y a ellos les pareció una gran idea, así que salimos el viernes temprano del D.F. para allá, cuando llegamos hacia tanto calor que lo que ya queríamos era meternos a la alberca y fuimos a cambiarnos, salimos Rocío y yo de cambiarnos primero, pero cuando salió Mariana no lo podía creer, tenia un bikini pequeño, color blanco que no dejaba nada a la imaginación, tenía unas piernas bien formadas y jamás he visto un culo más firme y parado que ese, el abdomen totalmente plano y se le marcaba la conchita de una manera riquísima; también me fije que Rocío no le quitaba el ojo de encima a Rafa y conforme estuvimos platicando Rocío se quito el pareo que traía y también se veía riquísima era un traje de baño rojo que marcaba perfectamente sus nalgas, cuando estaba quitándoselo vi de reojo que Rafa no le quitaba la mirada de encima.

Después me encargué de darles de tomar algunos cócteles y como yo los servía no se daban cuenta de que yo no estaba bebiendo nada, y poco a poco que pasaba la tarde se estaban poniendo más a tono ya entrada la noche la borrachera que traían era muy notoria y yo observaba cada movimiento de Mariana que para ese entonces traía una faldita negra y con tanto ajetreo de juegos y pláticas ya había visto sus panties blancas,

Ya para la noche note muy desinhibida a Rocío y le coqueteaba a Rafa a cada momento, por lo que Mariana se dio cuenta y se empezó a enojar y a tomar cada vez más. Una vez que empezamos a platicar experiencias sentí como la plática iba subiendo de tono jamás la había visto tan coqueta, moviendo las piernas, haciendo ojitos y cada que se paraba o sentaba pasaba muy pegada a Rafa quizá por el exceso de alcohol, ya eran como las tres de la mañana, la música la teníamos a alto volumen, Rafa y Rocío platicaban y jugaban casi ignorándonos, cosa que me permitió entablar una buena conversación con Mariana que la verdad ya estaba bastante tomada y solo decía estupideces y entonces decidí que fuéramos a platicar afuera, donde estaba la alberca y nos sentamos, por la borrachera a Mariana no le importo sentarse con las piernas abiertas, lo que me permitió observar sus muslos y el inicio de sus panties. Ella se dio cuenta de que la estaba mirando y de pronto abrió un poco más las piernas como dejándome ver un poco más, yo la mire extrañado y me dijo:

Mariana- Te gustan

Yo- ¿Que cosa?

Mariana – Mis piernas

Yo – claro son muy bonitas. Lo dije como no dándole importancia.

Mariana – la verdad es que tu pinche novia quiere cogerse a fuerzas a Rafa y el pendejo esta super prendido con ella. Yo sabia que el coqueteo de Rocío era normal, Teníamos 3 años juntos y no era capaz de llegar a más, pero eso Mariana no lo sabía. Yo había estado con la verga parada toda la noche por Mariana y solamente pensaba en como se verían esos ojitos mirándome mientras esos labios me mamaban la verga.

Entonces ella se paró y me dijo:

Mariana – Vamos a ver que hacen

Yo – vamos

Entonces vimos que ya se habían acabado la botella con un juego de dados y estaban totalmente dormidos pero abrasados ella recargada en el pecho de Rafia con las piernas semi abiertas. Entonces le dije a Mariana.

Yo – Si no estuviera tan borracha mi novia me la cogía aquí mismo

Ella – Yo también esperaba pasar la noche cogiendo con mi novio

Entonces le dije

Yo – pues si no vamos a coger hoy entonces vamos a emborracharnos hasta decir basta

Ella – O.K.

Yo – Pero hay que jugar algo para que no sea a lo tonto

Ella – Que te parece cartas

Yo – va, pero vamos a jugar una mano de a trago y otra de reto

Y empezamos a jugar enfrente de nuestros novios que estaban en un sueño más que profundo, los primeros retos fueron tontos, como el meter la cabeza a la alberca o morderle un dedo a su novio, que no reaccionaba, hasta que ella perdió y le puse el reto de que le bailara de manera sensual a su novio mientras dormía, cosa que hizo de una manera desinhibida y a mí me puso a mil. Después note que ella estaba caliente y el siguiente reto que me puso fue que besara las piernas a mi novia, cosa que hice sin ningún problema hasta que empecé a besarle la conchita por encima de las braguitas. Estábamos jugando de una manera muy cachonda pero sin comprometernos ni ser infieles ya que todo lo hacíamos a nuestros novios totalmente dormidos y borrachos ( no había infidelidad) fue entonces que sucedió, perdí y me dijo:

Ella – Tu reto será el meterle la punta de la verga a Rocío.

Yo – acepto, pero se la voy a tener que chupar tantito para que no le duela y se despierte

Ella - ni que fuera para tanto

Entonces le hice a un lado la braguita y empecé a chuparla y vi que Mariana miraba fijamente lo que hacía y la estaba calentando, entonces me paré y me baje el short y salió mi verga que estaba a punto de reventar no por mi novia sino por la presencia de Mariana, ella la miró fijamente y me dijo, Métecela, cosa que hice despacito y hasta el fondo, Rocío entre sueños gimió un poco, y empecé a meter y a sacar muy lentamente entonces vi la cara de Mariana fija en lo que pasaba y con la cara un poco roja, y note que se mordió los labios. Luego la miré y le dije

Yo – has lo mismo con tu novio

Ella no lo pensó dos veces y bajo el short de su novio y se acomodó la verga flácida de Rafa en la boca y comenzó a mamar, a la vez vi como se tocaba poco a poco por encima de sus braguitas pero pasó como 3 minutos de mamada y el no respondía obvio por su borrachera. Fue cuando al ver que ella se calentaba más y más y se frustraba por no obtener resultados la saque de Rocío y sin que se diera cuenta y como estaba de rodillas acerque mi verga a su cara, ella volteó como extrañada y le dije:

Yo – Esta si responde si gustas

Ella dudando un poco y sin sacar la de su novio de su boca, agarro con la mano mi verga y empezó a masturbarme, poco a poco la atención de ella estaba en mi hasta que soltó la flácida verga de su novio y llevó su boca a mi verga totalmente parada.

Por fin después de tanto tiempo tenia esos ojitos verdes viéndome directamente a los ojos con cara de lujuria y mamando mi pene como loca, después de 3 minutos sentí que me venía pero no iba a acabar eso ahí ni así, entonces la saqué rápidamente de su boca e hice que se parara

Yo – ahora te toca a ti

Ella con desconfianza se levantó y yo me arrodille, levante su falda y pude ver sus panties blancos totalmente empapados, me acerque y los hice a un lado con mis manos entonces poco a poco acerque mi lengua a esa panochita rosa y abierta al sentir mi lengua ella se estremeció y soltó un pequeño gemido entonces empecé a jugar con su clítoris y ella empezó a gemir cada vez más fuerte fue entonces que supe que estaba teniendo un orgasmo, sus jugos bañaron mi boca y supe que era momento de completar mi obra.

Me puse de pie y ahí enfrente de mi novia y el novio de ella hice que levantara la pierna la pegue a mí, y mirándola fijamente a los ojos, empecé a meter la punta de mi pene en su panochota ella me miro con cara de susto y de repente la ensarte toda, cuando llegó hasta dentro sin dejarnos de ver a los ojos los dos soltamos gemido tras gemido comencé a bombear y ella movía sus caderas como una puta entonces le dije al oído.

Yo – Eres la puta más rica que jamás me halla cogido

Ella entre gemidos – me encanta tu verga cojéeme como mi novio no pudo, cojéeme cabrón ahh que rico ahh que pinche caliente estoy

Yo – mira a tu novio se están cogiendo a su vieja en su cara y no puede hacer nada

Ella – que rica verga tienes pinche Álvaro hazme la más puta de todas las mujeres cojéeme ahhh cojéeme ahhh

Entonces la voltee y parada puso sus manos sobre las rodillas de su Rafa para no caerse y no lo creía unas nalgas perfectas duras entregándose a mí sin rezago alguno, se la metí otra vez hasta el fondo y ella gritaba de gusto enfrente de la cara de Rafa y de Rocío estuve bombeando hasta que ella tuvo otro orgasmo y no me pude contener ella sintió que me iba a venir y me dijo:

Ella – Pro favor no te vengas dentro de mí, no me estoy cuidando ahh

Eso me calentó más y la sujeté de las caderas de forma que no se pudiera salir y la penetre con más y más fuerza, cada envestida la hacia brincar y sentí que ella se venía por tercera ocasión entonces...

Ella – Esta bien aahhh dame tu leche cabrón ahh lléname con tu lechita mi panochita, que rico me coges pinche loco ahhh

Yo – Ten puta toda mi verga ahh ten mi leche dentro de tu panochita de princesa ahh

Sentí entonces que me venía a chorros no paraba de salir, sentí el primer orgasmo de mi vida un escalofrío me inundó y sentí que se me doblaban las piernas entonces ella al sentir mi leche grito.

Ella – Gracias pinche Álvaro soy la más puta y feliz ahhh

Entonces la abracé a mí y nos quedamos viendo uno al otro, ella se vistió rápido y con lágrimas en sus ojos me dijo después de 2 minutos, no debimos, soy una puta y salió corriendo a su cuarto subiéndose los calzones.

Yo me senté en el sillón al lado de Rocío y me prendí un cigarro a pesar de la venida tan rica y fuerte que tuve no perdí la erección, la lleve cargando a la cama y me quedé profundamente dormido.

LA NOVIA DE MI AMIGO

Principio de Otoño: No paraba de darle vueltas a la cabeza, el verano se había esfumado y apenas tenia algo caliente que recordar de esos meses…realmente me estaba jodiendo la idea de pensar que quedaba tanto para el siguiente. Intenté pensar en otra cosa mientras abría una cerveza y miraba el reloj ansioso.

No es que tuviera en mente un gran plan para esa noche…más bien todo lo contrario, Tamara, la novia de mi amigo Nacho, había insistido durante toda la semana en quedar "a solas" conmigo; yo sabia perfectamente que no estaban bien…no había que ser un lince para darse cuenta y menos aun cuando ella me tenía como su confidente

- Genial…todos mis colegas de fin de semana y yo tengo que tragarme el rollo de esta tía sólo por no quedarme en casa y encima llega tarde…- me dije mientras acababa la cerveza y volvía a mirar el reloj. Quizá era lo que me merecía, pero lo que menos me apetecía era irme de viaje con ellos viendo como estaban las cosas entre nosotros últimamente.

Mientras me quejaba llamaron al timbre, Tamara estaba con otra amiga…

-Vaya Carlos…esto se supera por momentos – me dije mientras bajaba a la calle- ahora no tendrás que aguantar un rollazo…sino dos

Mi extraña noche no había empezado y ya tenia ganas de acabarla.

Tras suspirar mientras me miraba en el espejo del portal salí a la calle, donde me esperaban Tamara y Ángela. Intenté poner mi mejor sonrisa para ‘Angy’, una niña pija con un novio oficial y muchos otros…"no oficiales" digamos.

Me acerque despacio a ellas, mirándolas de arriba a abajo, iban conjuntadas: Tamara llevaba una faldita negra y una camisola roja apretando sus grandes pechos, dejando caer por sus hombros su melena rubia y Angy llevaba el mismo conjunto pero en blanco. A primera vista la diferencia entre quien llenaba mas la camisola era notable…Tamara ganaba por goleada, aunque los morritos de chupapollas que tiene su amiga acompañados de ese carácter que oscila entre estrecho y putón hacen que recupere bastantes posiciones en cuanto se habla un rato con ellas.

Nos dirigimos a un bar de copas del barrio, la idea parecia clara: charla y alcohol. Encendí un cigarro y pedimos las primeras copas; mientras ellas hablaban yo intentaba estar allí…al menos físicamente lo conseguía, pero mentalmente estaba demasiado lejos; Angy pareció darse cuenta la primera y dejaron de hacerse las interesantes entre ellas para centrarse en mi.

La noche continuaba y también las copas, mientras levantaba mi vaso miraba a Angy de reojo y pensaba como una morenaza como ella podía ser tan estúpida…no hizo falta ni que yo mismo intentase buscar una respuesta: su picardía superaba cualquier cosa y antes de que posase mi vaso comenzó a lanzar indirectas sobre algo que me venia rondando la cabeza hacia cosa de un mes: Tamara quería algo mas que un confesor de mi.

Quizá fuera por el número de copas que llevábamos tomadas, pero no podía creer lo que estaba oyendo de las bocas de aquellas mujeres

La puerta del bar se abrió y entró un chico buscando con la mirada, Tamara me dio un toque por debajo de la mesa y en seguida le reconocí, era uno de los "novios no oficiales" de Angy.

Pensé que con él delante se cortarían…nada más lejos de la realidad, las indirectas se convirtieron en flechazos cargados de intención

-¿Entonces qué tia? – Preguntaba Angy con cara de morbosa- , ¿te liarías con Carlos o qué?

Aquello me parecia cada vez mas surrealista, pensé que Tamara no diría nada, pero su cara de zorrón borracho sólo supo mirarme mientras decía – Bueno…si él quiere…

El chico que venia buscando a Angy me miraba con los ojos como platos…no parecia entender como no me había tirado encima de ella…su mirada parecia querer decirme…tío menudas tetas

Angy sabía bien por donde llevar la conversación para seguir intentando calentarnos, intentaba explotar la mala relación de alguno de mis colegas con el novio de Tamara para justificar lo que tenia que pasar. El ambiente en el bar estaba muy cargado y señalando el móvil como excusa, salí fuera lo más rápido que pude: necesitaba aire fresco.

Fuera no mejoraba mucho la situación, estaba bastante mareado al ponerme de pie por todo el alcohol y la niebla que se había levantado no ayudaba, intenté buscar en la agenda del teléfono el número de Nacho: Tenía que aclarar eso ¿Cómo iba a hacer algo así?

Mientras el móvil sonaba baje unas escaleras a la derecha del bar, rodeadas por algunos arbustos

Al menos aquí estaré tranquilo, pensé justo antes de notar que unas manos me agarraban por la cintura al mismo tiempo que Nacho descolgaba el teléfono

-¿Sí?

-¿Sí? – repitieron-

No pude contestar, Tamara cortó la llamada mientras seguía agarrada a mi cintura, me miraba con lujuria, sus ojos pedían guerra a gritos; se acercó aún más y mordió despacio mi cuello mientras yo seguía paralizado.

Sin dejar de mirarme a los ojos cogió la hebilla de mi cinturón y empezó a desabrocharlo, siguió con el botón de mi vaquero y bajó la cremallera…

Tamara parecia poseída, pasó su mano por mi paquete y pareció gustarle lo que tenia ahí, se pasó la lengua por los labios dejando ver su piercing…

Sólo pude decir: -Uf

Mientras ella se agachaba sacando mi polla, me volví a dar cuenta de que tenia el móvil en la mano: "Nacho llamando"

Cogí la llamada en un acto reflejo

-Carlos, ¿para que me llamas y cuelgas?, ¿querías algo? – me decía Nacho por teléfono mientras Tamara jugaba con su piercing en mi capullo

-Eh…uf

-Supongo que llamas para arreglar las cosas – seguía diciendo – entiendo que no hayas querido venir con nosotros sabiendo los problemas que hay últimamente y […]

Nacho seguía hablando y yo no era capaz de contestarle..Sólo podía sujetar el teléfono mientras veía como Tamara me miraba con cara de puta tragándose mi rabo, lo miraba como hipnotizada, moviendo la piel despacio y pasando la punta de su lengua por la rajita de mi capullo…

-Joder…-dije con la voz quebrada -

-Oye Carlos entiendo que no quieras hablar pero que hayas llamado es un paso…pero deja de lamentarte, no es culpa tuya que las cosas estén así porque […]

Mi amigo seguía intentando salvar nuestro grupo mediante llamada telefónica mientras Tamara restregaba mi polla por sus tetas, veía mi capullo aparecer y desaparecer entre aquellos pechos perfectos mientras Nacho seguía hablando solo.

Casi no podía aguantar los gemidos y la cara de la viciosa mamona que tenía delante de mí de rodillas no ayudaba; Tamara notó como mis huevos se contrarían y se metió de nuevo mi polla en la boca moviendo su piercing en círculos muy despacio.

-Ohh….mmm – pude decir mientras se me caía el móvil de las manos al escalón de abajo y sentía como un chorro de leche llenaba la boca de Tamara.

Todavía paralizado y con los pantalones bajados, Tamara se levantó, relamió con su lengua la comisura de sus labios manchada de semen y recogió el teléfono

-¿Nacho? Si, no…no, no te preocupes Carlos está bien, le sacamos de casa Angy y yo para tomar algo; que nooo no te preocupes que esta bien cuidado, vosotros pasarlo bien por ahí y ya cuando volváis y habléis todo veréis como estáis como antes.

Me subí los pantalones mientras escuchaba su conversación sin dar crédito…

-Jo amor en serio no te preocupes mas por Carlos, estaba fuera del bar y salimos a ver si estaba bien y supusimos que estaba hablando con alguno de vosotros porque estaba algo…tenso – dijo Tamara guiñándome un ojo –

-Que siii, que nosotras le cuidamos… venga pesado, un besito– terminó diciendo mientras colgaba –

Todo solucionado, me dijo Tamara mientras me devolvía el móvil y me cogia del brazo para subir los escalones que llevaban hacia la entrada del bar.

Antes de entrar, mire nuestro reflejo en el espejo de la puerta, aún estaba pasmado por lo ocurrido, pero… no pude evitar pensar que quizá no seria tan malo seguir siendo su confesor sentimental a partir de ahora.